Hoy nos trae nuestro Zorrococinero un recuerdo muy especial de uno de los países más hermosos del mundo ….PERÚ. En 10 días pudimos comprobar la inmensidad del pulmón del mundo, el Amazonas, nos adentramos desde Iquitos impresionante, es donde nos damos cuenta del daño que le estamos haciendo al planeta, ahí lo dejo.
Y como no, hablar del famoso Machu Picchu la ciudad perdida de los incas y una de las siete maravillas del mundo.Esta antigua ciudadela inca, permaneció durante siglos escondida entre las montañas y la espesa vegetación, hasta que la descubrió el explorador estadounidense Hiram Bingham en el año 1911.
Cada paso que dábamos en busca de la receta que pudiéramos mostrar como “propia” peruana más nos enamorábamos de lo que estábamos respirando, desde el famosísimo Lago Titicaca hasta las islas Ballestas nos quedábamos embobados con lo que este fantástico país nos ponía en nuestros pies.
Pero fue cuando terminamos nuestra visita en Arequipa que uno de los 120 Iqueños nos mostró el oasis más increíble del mundo, un paraíso con dunas de mas de 200 metros de altura, un auténtico oasis de película, uno de los pocos sitios del mundo donde se practica el Sandboard, y nos contó como en Lima, capital peruana, se hacía un postre facilísimo y exquisito, el cual hoy os traemos aquí, El Suspiro Limeño….
Se sabe de la historia de su elaboración que su creadora fue Amparo Ayarza, esposa del escritor y poeta peruano José Gálvez Berrenechea, el postre fue bautizado así por él debido que al probarlo quedó maravillado con su sabor y textura diciendo que la preparación era “suave y dulce como el suspiro de una mujer”.
INGREDIENTES
- 200 ml de leche condensada
- 200 ml de leche evaporada
- 4 huevos
- 1 taza de azúcar ( 100 gramos aprox)
- 1 taza y media de vino de oporto.
- Canela molida
- Pizca de sal.
ELABORACIÓN
Vertemos en un bol las dos leches y a fuego lento le vamos dando vueltas a nuestra hasta que vaya adquiriendo una tonalidad canela.Añadimos las yemas y volvemos a mover. Volvemos al fuego y seguimos dándole vueltas hasta que espese nuestra mezcla.
Es muy importante que no llegue a hervir en ningún momento. Vertemos en las copas y dejamos enfriar.
Vertimos el azúcar en un cazo con el vino oporto hasta obtener un almíbar con espesor medio. Apartamos del fuego y agregamos caliente ,al hilo, sobre las claras, previamente batidas, y añadimos una pizca de sal.
Ya solo queda “emplatar”, mostraremos nuestra obra en una copa donde verteremos la mezcla y añadiremos con manga pastelera nuestros picos con canela molida. Aquí os dejo otra crema para nuestros postres Pulsa aqui
El resultado podremos comprobarlo en la cara de nuestros invitados…. la misma que se nos quedó a nosotros al enamorarnos de Perú.